Allí mismo les esperaba una carroza que les llevó a la puerta de la Iglesia Nuestra Señora del Carmen.
Se apearon y entraron al interior con todo su séquito.
Por la puerta lateral, una fila interminable de mamás con sus niños esperaban saludar en persona a los Reyes Magos.
Como no podía ser de otra manera, los Reyes repartieron juguetes a todos los niños.
Y colorín colorado, con el juguete en la mano la cabalgata y el cuento se ha acabado.

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