Lo que os enseño aquí es este balcón. Está pintado, es lo que le llaman "trampantojo" , trampa para el ojo. A quien lo vea de vosotros no le voy a engañar, pero uno de mis nietos se fue corriendo a agarrarse a los barrotes del balcón y se llevó un coscorrón.
El sentimiento que tuve en ese momento fue de pena y de alegría, porque funcionó.
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