Con mucha precaución( para no quemarse), saca la lengua para comenzar a pelarla. ¡Sí, a pelarla! A desprender esa piel gruesa y rugosa que no es comestible. No dejar ni un solo trocito.
Una vez limpia, cuela el agua de escaldarla, y vuelve a poner la lengua en ella. Sazona con sal y pimienta, molida y en grano. Esta vez ha de hervir a fuego fuerte primero y lento después, al menos, durante varias horas. Para cerciorarte(si está o no) pincha y si sale líquido por la incisión debe hervir más, pero si sale limpio el cuchillo y entra con facilidad, ya está.
Elegir una vasija más pequeña que el volumen de la lengua; ha de quedar aprisionada y se le pone encima todo el peso, en kilos, que puedas encontrar. Directamente colocas un plato y encima el peso, (por higiene). Por precaución, si soltara jugo, coloca una fuente o bandeja bajo el recipiente.
Después de 24 horas en la prensa, hay que desmoldarla. Sepárala de la pared del recipiente y muévela hasta confirmar que se ha desprendido totalmente. ¡Dale la vuelta! Como si de una tortilla de patatas se tratara.
Esta receta viene de mi abuela Brígida y no quiero que se pierda un bocado tan exquisito, y que yo os brindo con mucho cariño.
2 comentarios:
ok, intentaré hacerla a ver cómo sale, y por mi parte, espero que no se pierda.
Una pregunta, una vez cuelo el agua de escaldarla, ¿vuelvo a hervir ese mismo agua? ¿o uso agua nueva?
Besos y gracias
Perdona que hayan pasado tantos días para contestarte la pregunta que me haces. ¡Sí! vuelves a utilizarla, y si le hace falta más agua le añades, pero es preferible que le des la vuelta a la lengua durante la cocción para evitar que se pierdan los nutrientes que, parte de ellos se quedan en el caldo.
Ya me dirás como te sale porque no es difícil. ¡A mí me sale! y no soy una experta. Muchos besos y seguiré mirando mi blog con más asiduidad. Martina pronto nos vemos.
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